La insensibilidad es un arte, siempre
la menciono porque trato que no se me olvide, que soy diferente por una causa,
que en algún momento tendré que desempeñar.
Tener sueños, todos tenemos unos más
lejanos que otros, pero a veces son nuestras cosa, nuestras responsabilidades
las que nos importan mas que otras personas que están en una condición
vulnerable.
Debo admitir, que llevar ya casi seis
años en esto que es vivir atado a una maquina, trato de pensar en lo dichosa
que soy, en lo bendita que Dios es cierto no me dio unos riñones fuertes pero
me dio un corazón, un cerebro y me permite ser más normal que los normales.
No hace mucho fui ejemplo para un
joven, una madre con una sonrisa le decía a su hijo que yo trabajaba y duro y
que estaba igual de joven que él, supongo que era la forma de decirle hijo no
se venza, pese a que su madre lo acompañaba a las hemodiálisis y le ponía su
cobijita, y su lonchera se despedía de ella en la puerta porque no quería
perder su autonomía e independencia y arrastraba sus pies hasta la pesa.
Yo solo le sonreí y el me devolvió la
sonrisa, era tratado como un niño pequeño por la enfermera, algo que me extraño
pues normalmente ella no era así, pero el tenia algo diferente, se veía
agotado, al preguntar quién era y por qué le trataban así me explicaron que
estuvo en el extranjero por que le trasplantaron células madres, hasta esa
parte de la historia me quede y no pregunte mas, porque me auto cuestionaba
sobre que hacia ahí si ya estaba trasplantado.
La siguiente hemodiálisis que lo vi,
pregunte sobre él, que tenia, cuál era el diagnostico, en realidad no lo hacía
porque iba hacer un chambre, quería tenerle lastima, sino quería saber que no
estaba bien en la hemodiálisis que él no mejoraba, o si me podía acercar y ser
su amiga.
Pocas veces lo tuve en una maquina
cerca, pase una hemodiálisis viéndolo por un rato, y él me miro y me sonrió con
unos ojos tristes y perdidos, en donde nuestras miradas decían mas de que
ondas? Si no pude sentir su pesar, su dolor y sobre todo que estar ahí era no
el inicio de un camino sino que el sentía que el final de un tortuoso
sentimiento.
El tenia leucemia, una fundación lo
lleva fuera del país y cubre ese tratamiento de células madres, algo salió mal
y solo dijeron que en el camino iban a funcionar pero en el proceso se
perdieron sus riñones, no sé si se quemaron por las quimios o que paso, él
quería regresar a su país porque estaba fuera solo con su madre, sus hermanos,
su padre estaban aquí y él quería regresar, se resistió a irse pero empezó a
complicarse, tenía más baja las defensas, las plaquetas también, las
hemodiálisis lo hacían sentir bien esporádicamente, el tono de piel grisaseo
decía mas, pues el era una persona blanca a la cual un mal de moda en este país
le había teñido los sueños.
Tuvo que regresar obligado a Estados
Unidos, a continuar con su tratamiento por la leucemia, pero la fundación no le
iba ayudar con el daño colateral de la muerte de sus riñones, lo devolvieron al
país con un estrechón de mano diciéndole pues ya no hay más que hacer, nosotros
no podemos hacer nada y lo desahuciaron en todo el sentido de la palabra.
Esa madre regreso con una tristeza,
una negación que a costa de todo trato de infundirle que todo iba estar bien,
que pronto se recuperaría y que era una etapa esporádica, como muchas que
hubieron, el catéter se contamino, no estaba dando flujo, y ahora resultaba que
las hemodiálisis iban a ser tortuosas también porque tenía que permanecer en
una postura incomoda.
Después de una hemodiálisis, de la
puesta de plaquetas, el tuvo que ser ingresado en un hospital privado que no es
muy conocido, pero quedaba cerca de la casa buscaban estabilizarlo para
trasladarlo a la hemodiálisis, pero fue esa ves que llego, el día que se fue la
luz, en donde la unidad se torno tan oscura, el venia entubado, irreconocible,
toda la familia estaba con el, casi inconsciente el hermano menor del, le
hablaba y le decía no estés con bayuncadas ya vas estar bien, me contó una
enfermera que ella sentía una angustia en el corazón no es fácil ver morir a
alguien, mucho menos con tanto sacrificio en donde tanto dolor que le están
provocando está siendo más grande su sufrimiento y más lenta su muerte.
Cuando me empezó a contar que al final
no se pudo dializar, por la falta de luz indicio que el día siguiente llegaría,
pues en realidad paso otra cosa, el fue trasladado de hospital el no tenia
seguro, no tenían dinero sus padres para absolver sus gastos, y la fundación
les dijo respondemos por el cáncer pero no por los riñones, el se estaba
muriendo por la metástasis que invadieron todito su cuerpo, se estaba muriendo
por el cáncer y no por lo riñones y la ONG que pudo darle una partida digna
solo puso barreras para que el luchara, no fue falta de dinero fue falta de
voluntad, paso al hospital rosales, al hospital nacional en donde no hay
medicamentos, en donde hay más necesidades que recursos, el que alguna vez fue
lo mejor de lo mejor en este país, hoy solo era un hospital que aterroriza a la
gente que debe ir ahí.
Pienso en esa sonrisa que me dio ese día,
esa mirada, en donde me dijo todo, y pensé haberlo conocido y solo me demostró
que era luchador el triple de lo que yo podía ser, que estaba programado para
no llorar, para no sentir dolor, que su alma ya se había ido hace mucho tiempo
con el creador, que el solo estaba de forma estacionaria, que esa familia se unió
verdaderamente, que sus últimos días le llenaron de amor, de esa necesidad de transmitirle
lo valioso que era en la familia.
El miércoles pasado a eso de las tres
de la tarde, la enfermera que lo atendía recibió una llamada diciéndole que él
se había ido ya de este mundo, la vi incomoda, triste y pregunte que le pasa,
es difícil recibir esas noticias durante una hemodiálisis, porque todos ellos
son compañeros de lucha, ella me dijo ya falleció, solo recordé su sonrisa su
mirada triste y le dije –el ya está mejor que nosotros, a él le toca descansar
ya.
De hecho al momento que escribo esta
nota, pienso en sus ojitos tristes, en su malestar físico, y no me alegra que
el cáncer haya arrebatado una vida que la insuficiencia le ayudo apresurar
todo, sino me confronta el alma que esa persona que de verdad sufría día a día,
que su mundo fue reducido, que ser medico se quedo en descubrí su propio diagnostico
de leucemia, que la ayuda le fue condicionada, que recibía mucho amor,
dedicación y que valoraba, cada sonrisa de su mamá, mirarla y solo hablarle con
los ojos.