ATREVERME A DEJAR LA SOMBRA


Sería poco creíble pensar que alguien no quiere ser famoso, o popular, o que la gente lo vea y piense esta persona es especial, es buena, es bondadosa, en fin, se gano el cielo…
Pensar en que una persona con un padecimiento –no le digo discapacidad en honor a mi jefe que por cariño no le gusta que use este término- deje un momento de pensar en si misma y se preocupe porque lo demás no sufran o no pasen por un procesos tortuoso de adaptación al nuevo hecho que ha revolucionado el sentido de su vida, se vuelve una necesidad, a veces hacemos las cosas para mantener situaciones, privilegios, personas a nuestro lado, pero cuando al final se despoja de esos sentimientos y de los propios y darse cuenta que la vida te ha presentado la oportunidad de mejorar.
Cuantas veces en navidad la personas no prometen ponerse a dieta, conseguir un trabajo, ser mejor persona, cambiar con los amigos, rectificar en general transcurre un año exacto y la persona continua igual o hasta peor solo se quedo con las buenas intenciones, pero que pasa con aquellas que sin decir nada a nadie hacen las cosas, es mas no esperan que les aprueben porque no se trata de aprobación sino de hacer la diferencia en un mundo que está lleno de falacias, de reproches a la vida misma, sobre todo cuando es una persona considerada un fenómeno –no es que tenga tres manos, tres pies o dos cabeza- sencillamente es una persona que la misma sociedad ha rechazado y discriminado por el hecho de tener un padecimiento que le ató a una maquina.
Os debo decir que esta circunstancia es difícil, que te acepten tal cual sos, después de cierto tiempo me doy cuenta que ya no me importa esa situación, a veces no deja de ganarme la moral el hecho de ser diferente, pero recuerdo las palabras de la mujer que más ha marcado mi vida, y me exhorta a cambiar la situación de los demás paciente con mi vivencia, a dejar de estar en la sombra y convertirme en un ejemplo de vida.
Sin mayor detalle, comento que he sido seleccionada como una persona ejemplar, al momento de darme la noticia debí sentirme como un pavo real ostentoso y orgulloso con la frente muy en alto, pensado que había inventado el agua hervida, solo me sonroje porque me sentí alaga pero no me sentí acreedora de tal reconocimiento, para mí los ejemplo son otras personas que han luchado 25 o más años con esta enfermedad, que no se han dejado vencer, que yo solo soy una pequeña pita que trata de conquistar el mundo o de tocar una estrella pero lo hace con lo poco que tiene, que esta lucha que lleva es no con sus sentimientos, con sus emociones, sino con la vida, por aprender cada día a vivir lo mejor que se pueda, que no pienso en un futuro perfecto para mí, pero si la diferencia para mis semejantes, que no creo en tener una familia, diferente al sueño de toda princesa considero que eso es algo irreal, no es que no sea acreedora de ese privilegio pero lo resuelvo respondiendo es complicado.
Y solo puedo contestar pero yo no he hecho nada grande, o al menos no aun, y no creo que he sentado la diferencia que pretendo establecer, pero por ahí siempre me caen los comentario que quien ha sido tan valiente como yo, dejar a un lado su padecimiento y pensar en los demás.
Creer que se es alguien grande solo robustece el ego, que a la primer atentado crea lo que en superman la criptonita, soy cosa seria, lo admito, no me dejo, no creo que nadie tiene derecho a menospreciarme, pero tampoco puedo decir que soy humilde porque eso sería como tratar de crear la atmósfera de sencillez y belleza celestial al mi alrededor que solo puede hacer una pintura que plasma la inocencia, belleza incorrupta, y me han dicho que celestial solo cuando estoy dormida en la hemodiálisis, quietísima sin molestar a nadie.
Así que deberé salir de la sombra- y no se trata de ningún reclusorio- solo es que cuando uno no es nadie importante, o nadie con intereses políticos, artista, o no se viene de una familia prominente, no son cosas importantes, así que seré el próximo fenómeno, gracioso algo así como King flyp que lo único que me inspira el cipote es ternura y lastima por lo poco humanos que somos al jugar con los sueños emociones de las personas, y sobre todo por aprovecharnos de la desgracia ajena.