Los Pasillos, el tiempo y las personas en el MQ




El hospital Medico Quirugico de El Salvador, ISSS es como una gran hospital en donde están alojado la mayoría de renales, en diálisis, en las diferentes modalidades, los de hemodiálisis, los trasplantados (que sería la gente pro con IRC), claro está los de las medicinas, observación, y cirugía, que ahí es requisito sine qua non que este alojado un paciente renal.
Por extraño que parezca nosotros los insuficientes renales estamos clasificados y no somos de los mismo, cito como ejemplo la gente de diálisis que cuenta con la única asociación ASPADI, ellos no son iguales a los de hemo, porque ellos están en diálisis, absurdo pues ambos necesitamos de una tratamiento sustitutivo a la función renal, creo que es la visión de los fundadores que en Dios tenga en su gloria que eran en la mayoría profesionales que no tenían nada que ver con el derecho. Y cada día nace un medico abogado, un ingeniero abogado y un abogado como yo que es medico nefrólogo.
En los pasillos, se conoce mucha gente, bueno en lo personal a mí me conoce más gente de la que yo conozco a la que quizás un saludo o una miradas les hace recordar quien soy e indagar sobre mis orígenes.
Reconocida como la niña que es abogada, que trabaja en la Asamblea, y más de alguna persona dice que soy bonita y me ven con una gran ternura, además de recomendarme porque puedo ayudar a la gente en sus problemas
Antes de llegar a la Unidad de la Hemodiálisis se pasa por un camino el cual está vigilado por el personal de la institución en la mayoría son señores que son muy respetuoso y amables a excepción de uno que se cree el dueño de ahí, es grosero, feo, y parece Yaba de Jat, hay dos caminos uno pasa por la capilla el otro por la UCI (UNIDAD DE CUIDADOS INTESIVOS) solo invade mi pensamiento decir Dios no permitas que este ingresada ahí, siempre que paso por esa unidad, de ahí llegamos a la división de Trasplante renal que es una cuchillita donde esta la mara VIP de los trasplantados que también tienen una asociación ATRES y no hacen nada, alguna vez solo ellos en cuanto a régimen metabólico, ves en la dos banquitas de espera gente trasplantada con mascarilla, otros en proceso de estudio, y otros que son de endoscopia que está enfrente, mas de alguna vez me encontrado un conocido ahí, le pregunto cómo va, y en el fondo de mi ser brilla esa esperanza y no nace ningún sentimiento de envidia o rencor con la vida al contrario si me dice que esta súper bien el riñón le sugiero que se cuide mucho, y si me dice que está algo lento, que la creatinina a bajado pero no lo suficiente les pido que tengan confianza en el creador que todo va estar bien, y si están ahí es por algo.
Sigo caminando y esta la unidad de Diálisis peritoneal intermitente 1, a pasos la ambulatoria en donde alrededor de treinta personas o mas por horarios hacen esperas para la inyección de eritropoyetina, exámenes, entrenamiento, ahí he conocido un par de personas, y en los años mozos de mi juventud cuando yo pasaba en medio de un montón de gente con mis tacones siempre me hice notar, ahora en medio de ese pasillo con unas zapatillas de ballestita me hago notar, con la diferencia de una sonrisa y dos curitas y un brazo lleno de yodo.
En el pasillo de la hemodiálisis se concentran los pacientes, los familiares, los auxiliares, los médicos están en su cuartito dentro de la unidad, las enfermeras en sus puesto, o se están fuera es porque están organizando el insumo para la jornada laboral, la gente vieja de estar en HD tiene grupos hay unos que son de hombres, que hablan de sus anécdotas con el potasio, el agua, o cuando a un no habían sido diagnosticados con IRC, o se cuenta algún chambre de algún paciente, hay un grupo por la noche que se reúne en una cafetería y antes de entrar a la hemo se toman su coca cola, una enchiladas y unas empanaditas para que el potasio no se sienta abandonado, es decir, que el mandado de ir hasta el hospital sea valedero. En la mañana el grupo es hombres todos machos cabríos, viendo quien se deja, cada mujer que pasa es una bruma de piropos y de miradas que derrochen tóxicos.
Los nuevos se quedan a parte con sus familiares, mas si llegan en silla de ruedas, pero hay otro grupo que no puedo dejar de mencionar que es el de los viejitos, cuando iba a ese turno recuerdo que entre mis tormentas internas de tóxicos escuchaba los pleitos políticos, que uno de los más ancianos tenia con el que era padre del director de la Institución, y en eso tomaban parte las mujeres de estos pacientes que entre ellas luchaban por sus convicciones políticas, de manera absurda, hasta se enojaban. Y se remontaban a la época de Maximiliano, y que la pena de muerte es necesaria y que los presos deberíamos sacarlos a las calles a barrer. Yo en lo personal nunca tome parte en estas conversaciones uno aprende mas escuchando que participando, y si no tenía nada que decir no iba hablar de leones.
Los pasillos son los espacios en donde también nacen relaciones amorosas entre pacientes, entre pacientes y enfermeras, entre familiares de pacientes y empleados de la institución, es por eso que creo que somos una gran manada en donde todos formamos parte, en donde para los pacientes renales el tiempo se detiene, no hay navidad, no hay semana santa, ni vacaciones de agosto, pero si hay tratamiento, y emergencias, y siempre hay alguien que esta cansado y no de vivir sino del agua porque se le paso la mano.
En los pasillos se conocen personas que son dignas de que se les menciones, hay algunas que ya partieron y sea por rebeldes o por su espíritu de lucha, hay otras que son el ejemplo de lo bien que se puede vivir con IRC, que no es el final del mundo.
Que el tiempo se detenga vernos a los renales vivir y ojala llegue el día que se detenga para ver que vivimos dignamente con una sonrisa en el alma.