Hoy
volví a escribir, quizás porque ya no podía con tanto amor, odio, dolor y
felicidad que cargo en el alma. y creo que ya no recuerdo como hacerlo, lo voy hacer para ser... simplemente yo
Sigo
aquí viviendo a través de una máquina, las condiciones han cambiado pero para
mejorar las de mi vida, las del tratamiento en detrimento la demanda vuelve a
lo exclusivo más público de lo privado que debería ser.
Pero
un día de esos que me voy al tratamiento, me encuentro con un compañero de esos
que es del mundo rosa, y que trata de alentar a todo el mundo, es psicólogo y
supongo que ponerse a la ordenes de los demás en cuanto a su pleito con la vida
por compartir su vida con una maquina impuesta, para que liberen sus almas,
platiquen, y se pone como ejemplo de vida.
Yo
ya lo he dicho no creo en los psicólogos, quizás porque he crecido pensando que
ellos estudian eso para comprenderse, quizás sea porque tuve la mala
experiencia con uno, pero ese no es el tema, entonces escéptica a su actitud de
todos felices y contentos en hemodiálisis evitaba hablar con él. Creo que
muchas veces uno deja de sentir no estoy segura que sea intencional, solo se
trata de pensar en que te valga tu alrededor y la concha en la que te metiste
nadie permita penetrar con sus problemas
Regresando
a este señor, quien además sabia de todo un poco y eso no me molestaba pero me volvía
mas indiferente, los últimos días lo he visto salir cuando yo entro a la hemodiálisis
o muchas veces llego cansada y solo me duermo, pero empecé a ver que andaba bastón,
no le pregunte nada, porque a veces uno peca de imprudente diciendo por Dios
que le paso y quizás el que esta jodido no quiere hablar.
Pero
esta semana, entro a la hemodiálisis y me dejan a diez centímetros de él y lo salude y continúe acomodándonos mis
cosas, pero tenía en su abdomen un pan que se iba a comer y de repente me dijo ayúdame
hija,
Volví
a ver y me percato que no se podía mover, que sus manos intentaban moverse pero
no lo lograba que sus dedos no respondían y me pudrió el alma, así como que
metieron una aguja que punzo mi corazón, que me despertó y mis ojos
entristecieron.
Rápidamente
destape su empanada de pollo, y le dije, le pongo una servilleta, era porque aún
no me conectaban, y me agradeció y me dijo estoy mal, le hice la pregunta tonta
que hace uno como paciente en ese momento y que le paso, a lo que el respondió
me ha jodido la neuritis y empezó con las piernas y luego me desperté un día
sin poderme mover, estuve ingresado pero he tenido mejoría, yo muda, muerta en
llanto en el interior, porque mi mente comparaba su entusiasmo con lo que
estaba viendo y pese a que era más lejana a él me dolía.
Me
conectaron y al menos yo tenía cuatro horas para ver lo que a él le pasaba, y quería
poderle ayudar pero amarrada en la maquina no iba a poder, tenía sed y le pidió
a la enfermera ayuda y le pidió un café, la enfermera de esas tipo ángeles en peligro
de extensión con suavidad le empezó a dar el café, y el bebía como has pasado
horas en el calor sin tomar agua y lo que te cae es como un elixir, claro esa sensación
que solo un renal ha sentido, donde no quieres dejar de tomar el líquido porque
necesitas saciar tu sed.
Él
quería hablar, y esta vez no me dormí, porque deje que me contara todo lo que
le había pasado en el hospital en su ingreso, cual es el tratamiento que le habían
dado y que en dos meses él ya iba estar súper bien, a mí solo me hizo pensar
que la neuritis no le había inmovilizado el corazón porque ese quería seguir
latiendo y más fuerte.
Él
tiene un hijo y le dolía, me conto que no pudo entrar a verlo, por
procedimiento de los vigilantes, y que lo que más lo ponía triste es que su iónico
nieto el cual es la luz de sus ojos, estaba desesperado porque su tata no quería
jugar con él y no se tiraba al suelo a vivir las aventuras que él quería vivir
con él.
Yo
solo le pude decir, hay que seguir al pie de la letra las indicaciones del médico,
y pues el medicamento s fuerte, al principio de la enfermedad yo tuve eso, pero
con movimientos involuntarios y el medicamento me andaba por el mundo medio mareada,
y dormida.
Antes
de concluir su tratamiento, porque el salió antes, me dijo es terrible depender
de los demás cuando Ud. se vuelve un estorbo, es más difícil este paquete que
tenemos, pero a mí me espera mi nieto, y sé que en unos meses estaré bien me sonrió
con sus ojos verdes, su piel morena, pero sentí que su alma estaba cansada.
Es
difícil, cada persona tiene su propia cruz, su propia carga, que puede ser tan
sencilla como ser gordita, pasada de peso, o muy delgada, en fin cada quien
tiene algo que no está bien y que le causa tristeza, dolor o desesperanza, es
regla de la vida, nada puede ser perfecto, el psicólogo de hemodiálisis, esta
vez no podía autoanalizarse porque todo lo que estaba a la vista era una
realidad terriblemente mala y que no podría más que sentir su corazón latir que
le decía esta lucha empieza, la superaremos, pero el alma estaba cansada, el espíritu
se notaba derrotado apenado, a todos nos pasa.
Los
problemas no agobian, unos pueden ser pequeños e ínfimos y otros tantos que no
caben en el cuarto y no atormentan a diario, pero a veces necesitamos que la
vida nos recuerde que dejar de sentir no es bueno, porque perdemos nuestra
esencia, que no todo se puede controlar y cuando eso pasa, la paciencia y la
esperanza deben anidarse en nosotros, muchas veces hay una, pero no está la
otra, a veces hay que creer en hadas mágicas para que los cuentos se conviertan
en realidad o al menos nos permita vivir la felicidad de respirar.